Brasilia, 20 jun (Prensa Latina) El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó hoy que intentará la reelección en 2022 si el Gobierno no consigue aprobar una buena reforma política y si la gente quiere.
«Muchas gracias a quien me votó y a quien no me votó también. Más adelante todos me votarán, estoy seguro de eso», dijo el político de extrema derecha durante un encuentro con vecinos de la ciudad de Eldorado, interior del estado de Sao Paulo.
En esa localidad visitó a la madre, con quien arriesgó un dueto de «Mama So Tanto Felice» y se reencontró con amigos de infancia.
Después de hablar en la Marcha Para Jesús, tradicional evento evangélico realizado en la zona norte de Sao Paulo, Bolsonaro dio una entrevista y un reportero preguntó: «Presidente, usted va a intentar la reelección?».
«Si tiene una buena reforma política, puedo incluso en ese caldero tirar la posibilidad de reelección. Ahora si no tiene una buena reforma política y si el pueblo quiere, estamos ahí para continuar otros cuatro años», respondió.
Tras ser electo en octubre, el exmilitar afirmó que su intención era eliminar el instituto de la reelección, en el marco de una amplia reforma del sistema político y de representación.
Según la Constitución brasileña, los mandatos presidenciales son de cuatro años con posibilidad de una reelección.
En mayo, por primera vez, la evaluación negativa del Gobierno de Bolsonaro sobrepasó la positiva, según datos de una investigación de XP Investimentos/Ipespe (corredora de valores).
De los entrevistados, un 36 por ciento evaluó al Ejecutivo como malo o pésimo, mientras que un 34 lo clasificó como óptimo o bueno.
Solo un cuatro por ciento de los interrogados respondió que resulta satisfactorio el progreso de la agenda del Gobierno en el Congreso, mientras que el 85 juzgó que el ritmo es lento.
Algunos analistas consideran que con seis meses en el poder, Bolsonaro enfrentó varias movilizaciones sociales, en particular la huelga general del 14 de junio, la multitudinaria del sector educacional por recortes de fondos, la falta de articulación en el Congreso, mercado reticente y escándalos de corrupción que involucra a su familia.
Con todo eso y un poco más, el impeachment (proceso de destitución) se discute como una posibilidad para el excapitán del Ejército que asumió la presidencia el 1 de enero.